rasgando la tierra muerta
suplicando no haya espera
y que sea largo, largo el camino
sin razones ni desvíos,
como el amor de re venta
como el silencio esclavo...
Y mi pecho al final se abre
de querer sin inquietud
de querer lo indebido.
Grande es el placer
de un amor tan intenso
grande el castigo...
y el perro que espera mi retorno
y la almohada siempre vacía...
pero en tus brazos
en tu vida
espero mi muerte
sin miedo
sin arrepentimiento.
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