Maldito engranaje del tiempo,
robándome los pasos fríos
como una mosca frisándose las patas,
vengándose de mi inocencia,
de la ausencia de mi alma.
Maldito engranaje del tiempo,
que el aceite cortado de tus ojos
no manche mis dedos
y las polillas de tu aire
no incuben en mi mirada.
Maldito engranaje del tiempo,
maldita emisión que reflejas
malditos los puntos que no veo
y el contraluz de mi ceguera
es tu risa roja y fiera.
es tu risa roja y fiera.